… pequeñas historias en un lugar histórico
La compra del primer edificio la hizo Berenguer Vivot hacia 1443 y se trataba de una propiedad modesta en lo alto de la ciudad, donde se podían encontrar los principales centros de poder político-administrativo, económico y religioso. Además, estaba confrontado a la manzana donde podíamos encontrar la Casa de la Juraría, cercana al importante convento de Santo Domingo, la catedral y el castillo de la Almudaina. La construcción era principalmente con piedra arenisca y tapia.
Su hijo, Ramon Vivot, adquiere hacia 1489 otras tres propiedades con la intención de remodelar y mejorar su casa familiar. Uno de estos tres inmuebles fue donde se estableció la primera imprenta de Mallorca de la mano de mosén Bartolomé Caldentey, quien aportaba el capital, su casa y el empuje, y Nicolau Calafat, artesano quien facilitó el ingenio y la mano de obra. En este lugar y en 1485 se imprimió Tractatus de regulis mandatorum de Juan de Gerson, primera obra impresa en Mallorca. Pero en 1490 un librero mallorquín tuvo que reeditar en Italia una obra que 3 años antes se había estampado en la isla, lo que corrobora que la vida de la imprenta de Caldetey-Calafat fue muy corta. En 1497 muere Ramon Vivot estando en ejecución las obras de ennoblecimiento de su residencia pero serán sus descendientes quienes las continuarán. De esta época proceden la unificación de los inmuebles arcaicos para añadirlos a una casa con patio y escalera con mayor monumentalidad. En su testamento nos da a conocer la época de construcción de la escalera gótica.
Debido a las tallas tenemos conocimiento de la estructura urbana medieval, pues se trataba de un impuesto que gravaba el patrimonio. En esta documentación se enumeraban todas las propiedades y, para identificar las manzanas se las llamaba con el nombre del propietario o la persona más relevante de cada una. Y así fue que en 1576 la forma de denominar a esta manzana era la Isla de mosson Pere Vivot. Las tallas eran un impuesto sobre los fuegos (los hogares) y el nombre de este impuesto proviene de la antigua costumbre de contabilizar las entregas de dinero haciendo muescas sobre palos, y éstos se entregaban para certificar el pago.
La información sobre el inmueble confirma la importante transformación del edificio en la segunda mitad del siglo XVI. La originaria tipología gótica era con arco de acceso al patio central, con escalera y patio posterior. Las mejoras en la propiedad van en paralelo con el aumento de la relevancia de la familia Vivot, cuando Pere Vivot y Pax llegó a ser nombrado con el cargo de Procurador Real del Reino de Mallorca. Esta rama de los Vivot, antiguo linaje de la nobleza mallorquina, se extinguió en el siglo XVII refundiéndose con el de Sureda, y a veces haciendo referencia a los Sureda de Vivot. De hecho, el primer título de Marqués de Vivot fue concedido en 1717 al brigadier Joan Sureda y de Villalonga, caballero de Alcántara y concejal perpetuo de Palma.
La nobleza mallorquina, y de todas partes, se sirvió de la institución del fideicomiso para evitar la desintegración de sus patrimonios: los bienes fideicomitidos, es decir vinculados, sólo podían venderse por motivos muy concretos. Tanto es así, que ni siquiera se podían enajenar para pagar deudas. Sin embargo, cuando el titular de un patrimonio totalmente fideicomitido no disponía de liquidez para hacer frente a sus acreedores, era necesario arbitrar un sistema de pago. En estos casos la solución solía ser siempre la misma: Su Majestad mandaba el secuestro de los bienes, que en el caso de Mallorca pasaban a ser administrados por la Real Audiencia. De esta forma se aseguraba, por un lado, el pago de la deuda y, por otro, que el patrimonio permaneciera íntegro. En otras palabras los propietarios de vínculos sabían que si llegado un momento no podían responder de sus deudas, Su Majestad intervendría a su favor evitando que perdieran los bienes vinculados.
Pues bien, en el siglo XVIII son secuestrados todos los bienes de los Sureda excepto sus casas en Palma, parroquia de Santa Eulalia [esta es la casa que estamos tratando], la posesión Son Vivot del Puig de Inca y el cobertizo Son Albertí. La causa del no secuestro de estos últimos inmuebles no es, como en un principio pudiera parecer, dejarlos para mantener su casa, sino que el motivo estaba otra vez relacionado con deudas. Tanto las casas como las fincas mencionadas se encontraban ya incautadas por el tribunal del Santo Oficio. No cabe duda, por tanto, que en los alrededores de los años 1745-50 la situación económica del patrimonio Vivot no podía ser más crítica. Todos los bienes se encontraban incautados, unos por el Santo Oficio y otros por la Real Audiencia. Ambas instituciones habían hecho graduación de acreedores y eran las responsables de administrar el patrimonio y realizar los pagos oportunos.
Aparece en 1798 como propietario de esta finca Mateo Estade y Bibiloni, que en su testamento dejó la casa a su hija Margarita, casada con el médico Francesc Oleo i Carrió. La propiedad a la hija y a su esposa, Isabel Gomila, como usufructuaria pero al año siguiente murió esta. El devenir del tiempo quiso que en 1816 tuviera la titularidad Francesc Oleo cogiendo la finca el nombre del entonces vigente propietario y hasta el día de hoy, Ca n’Oleo. En 1820 consta que su residencia era de grandes proporciones (800 m2) y ocupaba los números 3-4-5-6-7 de la manzana. Francesc Oleo desarrolló una importante labor profesional como médico, introduciendo la vacuna contra la viruela de Jenner e importante fue su intervención decisiva en la lucha contra la epidemia de la peste bubónica aparecida en Artà, Sant Llorenç y Son Servera en el mes de mayo de 1820.
A finales de siglo XIX la finca y su escalera se convirtieron en un icono de la arquitectura gótica de Palma gracias a las numerosas descripciones y representaciones por parte de viajeros y eruditos. Esto contrastaba con el desconocimiento del pasado medieval de la finca y que sufrió una transformación profunda y sin cuidado de toda la estructura heredada. Tales como, nuevas aberturas en la fachada, se ocultaban las antiguas, portal de entrada, pilares y arcos, y el interior. El grueso de las transformaciones consistieron en el aprovechamiento del espacio y en la reconversión de un hábitat unifamiliar en unos edificios plurifamiliares.
La Sociedad Arqueológica Lul·liana desde el año 1937 tuvo provisionalmente su sede en Ca n’Oleo hasta que la titularidad pasó a la Junta de Construcciones del Estado Español, y la adquisición por parte del Ministerio de Educación y Ciencia en 1975. A partir de ahí el edificio permanecerá cerrado sin intervención alguna por un expediente de amenaza de ruina. En 1986, el Ministerio concedió el uso de Ca n’Oleo a la Universitat de ses Illes Balears (UIB).
La UIB convocó un concurso de anteproyectos arquitectónicos en 2001 para realizar la reforma de Ca n’Oleo. El jurado concedió el primer premio al equipo formado por el arquitecto Pere Nicolau Bover (Palma, 1948) y, la todavía estudiante de arquitectura, Maria Nicolau Planas, hija del primero. La UIB encargó a estos arquitectos la redacción del proyecto básico y de ejecución de las obras de consolidación, conservación y restauración del edificio de Ca n’Oleo, de acuerdo con la revisión del anteproyecto premiado, donde la categorización de los espacios es fundamental con el objetivo de destacar la fachada y la escalera del siglo XV.
Las obras de restauración empezaron en el 2005, cogiendo las riendas de la rehabilitación la ya arquitecta Maria Nicolau, y se alargaron hasta el 2011 por la complejidad y la dejadez que había sufrido la finca durante más de 25 años.
C.S.R.
Referencias:
- “Rehabilitación Casal Gótico Can Oleo, Palma” a la web de Maria Nicolau Arquitecte
- “Ca n’Oleo (Palma, Mallorca, ss. XIV-XVI): Vestigios, documentación, Nuevos hallazgos” de Francesca Trugores Truyol i Miquel Àngel Capellà Galmés dins el llibre “La casa medieval en Mallorca y el Mediterráneo: elementos constructivos y decorativos” coordinat per Tina Sabater (ISBN 978-84-18932-11-3).
- “El segrestament del patrimoni Vivot com a conseqüència de la pèrdua del fideïcomís de Desclapés (1746-1753)” de Antònia Morey Tous dins les Memòries de la Acadèmia Mallorquina d’Estudis Genealògics. 1993 n.5.
- “Intelectualidad y medicina: Los Oleo” de Miguel Ferrer Flórez dins les Memòries de la Reial Acadèmia Mallorquina d’Estudis Genealògics, Heràldics i Històrics. 2012 n.12.
- Sobre l’edifici de Ca n’Oleo a la web de l’OpenPalma
- Dossier de “REFORMA I REHABILITACIÓ DEL CASAL DE CAN OLEO”. Universitat de les Illes Balears (UIB) i Conselleria de Educació i Cultura del Govern de les Illes Balears.
- “Cròniques de Palma” per Bartomeu Bestard. Ajuntament de Palma.
- La primera imprenta mallorquína. Los impresores Caldentey y Calafat. Bolletí de la Societat Arqueològica Lul·liana: Revista d’Estudis Històrics, ISSN 0212-7458, Nº. 31, 1953-1960, págs. 467-503.
Agradecimientos:
A la Fundació Jaume III de las Islas Baleares por la libre disponibilidad de su traductor castellano-mallorquín. La Fundació Jaume III (Cultura y dignidad Balear) es una entidad cultural sin ánimo de lucro nacida a finales de 2013 con un objectivo claro y fulminante: dignificar el mallorquín, el menorquín y el ibicenco.